El cine de Pablo Larraín. Un ejercicio de desmitificación
Resumen
Pablo Larraín se ha convertido en la figura del cine chileno de autor más destacada. Pero su cine – que mezcla el documental y la ficción, que combina lo político y lo estético – no es complaciente y sus protagonistas suelen empatizar muy poco con el espectador. Larraín es un provocador quien crea imágenes chocantes, implacables e a veces cínicas sobre el pasado reciente de Chile que toca sensibilidades diversas en la mayoría de los espectadores. Sus películas abren discusiones y generan incomodidad en la sociedad chilena: por el apellido que porta el director, y porque instan a revisar una historia, la historia de Chile de la cual su familia también es parte. El director nos presenta miradas inéditas, antihegemónicas y complejas: Larraín pone en escena el pasado, especialmente el pasado de la época del régimen militar a partir de la construcción de una visualidad compuesta por una selección de imágenes que cumplen con articular un imaginario particular, tensionando la idea de una memoria que se mantiene indefinida entre lo individual y lo colectivo, entre la ficción y la realidad, entre el pasado y presente.
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