Variaciones espaciales para un discurso carnal: la transformación de ambientes escénicos en cuatro cintas pornográficas de los años treinta

Resumen

El cine porno en los años veinte y treinta del siglo pasado nace, crece y se desarrolla en la clandestinidad. La filmación implica un reto en aras de maximizar los pocos recursos con que cuenta la producción, incluyendo las locaciones. Lo que este artículo se propone analizar es la estrategia usada por un equipo de producción para recodificar un mismo espacio y grabar cuatro cortometrajes distintos con temas tan variados como la vida de un torero, la noche de bodas de una pareja, los desvaríos de un fumador de opio y los placeres de un presunto sultán árabe. El espacio en estas tres cintas, pertenecientes a la colección de cine porno silente que alberga la Filmoteca de la UNAM, es parte del breve ropaje diegético que envuelve al discurso de la carnalidad y la genitalidad en el porno, pero que sin embargo da cuenta del imaginario latente en la época. Espacio único y estrecho el que constituye esta locación, pero susceptible de metamorfosis, de recodificación y de variantes en el registro fílmico: la cámara lo disecciona como a los cuerpos, lo sintetiza en el encuadre, lo transgrede en los emplazamientos irreales, lo explota en los emplazamientos envolventes que pretenden registrar desde todos los ángulos posibles el acto sexual.